lunes, 17 de marzo de 2014






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Sábado, 15 de marzo de 2014

Batallas y comedias

En Devoto los especuladores tratan de bloquear la ampliación del APH y la baja de alturas, mientras en Recoleta se nota la falta de mantenimiento. En Nueva York, un informe urbano que da envidia.

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Por Sergio Kiernan
Villa Devoto anda de debate porque volvió a las andadas un proyecto ya añejo, de tanto rebotar por las comisiones, de la ex diputada porteña Teresa de Anchorena, que busca ampliar el Area de Protección Histórica del barrio. Devoto, como puede apreciar quien lo visite, es un barrio particularmente hermoso, verde, ajardinado y bien construido, un momento feliz de esta Buenos Aires construida tan a los ponchazos. Su plaza Arenales es un atractor de fin de semana, un paseo de gentes de otros barrios que van a comer y disfrutarla. Y que luego caminan por la zona y se asombran de las casas que ven y de lo que debe ser una de las bibliotecas públicas más encantadoras jamás erigidas por los argentinos.
Todo esto está en peligro porque los especuladores inmobiliarios se fijaron en el barrio y lo están presionando. En este caso, por las zonificaciones del lugar, la cosa tiene hasta un punto de originalidad, porque no se trata de la barbarie tonta de llenar todo de torres. En el entorno de la estación –por alguna razón irracional, las estaciones tienen siempre alturas exageradas– sí se puede tapar el cielo y arruinar la vida común con torres. Pero avanzando en el barrio no, con lo que la especulación se adaptó a demoler casas de gran belleza para hacer "minitorres" de tres pisitos, caros, "residenciales" y con la ínfima materialidad de todo lo que se hace hoy.
La batalla se vio en estos días en la audiencia pública en la Legislatura, donde se enfrentaron dos bloques que se identifican como "vecinos", uno con razón y otro más fallutamente. El primero es el de gentes que viven en Devoto y quieren que su barrio no pierda su perfil y su grato cielo. Son los que no sólo apoyan la expansión del APH sino también una baja de alturas máximas, de 14,50 metros a 12, con un retiro de frente de tres a cinco metros. Esto, en el peculiar arquitecturés en que fue escrito el código para que sólo lo entiendan los "expertos", se llama pasar de una zonficación E3 a una R2bII.
El segundo grupo es llamativamente empresarial, aunque se autotitula vecinal. Tan empresarial es, que llevó a la Legislatura una claque de obreros que aplaudían las ponencias de su bando, aunque se percibía que no las entendían del todo o no les importaba demasiado. Este grupo de arquitectos, constructores e inmobiliarios sabe perfectamente qué significa eso de pasar a una R2bII: una baja del cuarenta por ciento en la superficie posible a construir. O sea un pecado, un atentado a la libertad de especulación.
El costo de la construcción aumentó, en dólares, un treinta por ciento en los últimos cuatro años, pero el de los terrenos aumentó un cuarenta, lo que explica la penosa hambre de las inmobiliarias por fomentar estos procesos de demolición constante. Cuando se bajan las alturas, las casas son las que valen, lo que hace que sus dueños las cuiden y que se vendan a personas que de hecho quieren vivir en ellas. Este círculo virtuoso mejora el espacio común y crea lugares, justamente, como Devoto. Cuando se suben las alturas, las casas pasan a ser algo a demoler, una pila de escombros que todavía nadie removió, porque lo que vale es el lote. Esto hace al descaso general a lo que está ahí pero no debería: ¿para qué cuidar una casa que será transformada en un departamento de varios pisos?
En la audiencia se escucharon muchas tonteras, muchas verdades y algunas mentiras, como la del bando demoledor que afirmó que en ninguna parte de la ciudad se bajó tanto la altura máxima. Parece que los profesionales nunca fueron a Caballito Sur o aunque sea a la vecina Floresta, donde la altura en y cerca del APH es de apenas nueve metros. El nivel de negocio fue tan abierto, que algunos de los presentes en la audiencia la siguieron en el café de los Cabildos, por teléfono, y convocando a la Unión de Comerciantes del barrio para protestar contra la ley.
Las fotos que acompañan esta nota, compiladas por Daniel De Bella, dan un ejemplo del tipo de edificios que puede perder esta ciudad si los especuladores de Devoto la ganan.
suplementom2@yahoo.com

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