Una tormenta puso de relieve, nuevamente, la ineptitud del gobierno de Mauricio Macri para atender las cosas más elementales e importantes, como es el cuidado de las vidas y el patrimonio del Pueblo (palabra que le debe asustar).
Hoy, luego de una lluvia no mucho más importante que otras, la ciudad de Buenos Aires amaneció con varios muertos y con daños gravísimos, con muchas áreas inundadas y en total estado de acefalía.
Ninguna autoridad porteña apareció en escena para ponerse al frente de la situación. La desvergüenza de estos sinvergüenzas los muestran fuera del país, tomándose "merecidas" vacaciones, mientras los vecinos se arreglan como pueden para destapar sumideros, limpiar desagües y ver como hacen para solucionar lo que ya no parece tener solución.
Algunos no tienen más remedio que velar a sus muertos.
Tal vez sea hora de que los porteños nos demos cuenta de que tenemos el deber de mandar de vacaciones definitivas a quienes hoy tienen el caradurismo de decir que gobiernan a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que ya no es la Reina del Plata sino un basural bajo la lluvia.
Pablo Martorelli
Buenos Aires
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