Tras la denuncia penal contra Macri y sus funcionarios, un informe del propio gobierno porteño reconoció que las inspecciones realizadas en la obra encontraron diversas faltas que “exponen la vida y la seguridad” de los obreros.
Los inspectores alertan sobre riesgos “de caída y desmoronamiento”, entre otros.
La obra del arroyo Maldonado ya cuenta con diversas denuncias penales dirigidas al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y sigue sumando sorpresas. La respuesta de la gestión PRO a un pedido de informes presentado en la Legislatura reveló que las inspecciones del propio Gobierno de la Ciudad encontraron irregularidades en la obra que ponían en riesgo la vida de los trabajadores.
Macri y una veintena de funcionarios del gobierno PRO fueron denunciados penalmente por los ex legisladores Milcíades Peña y Facundo Di Filippo por presuntas coimas y asociación ilícita en la obra del canal aliviador del Maldonado, que debería terminar con las inundaciones en la zona de Palermo y Villa Crespo. Los dos dirigentes acusaron a Macri de haber favorecido con la licitación y con los posteriores sobreprecios a una empresa de su familia, que se asoció a la italiana Ghella, ganadora de la compulsa original para realizar la obra. También advirtieron sobre la posibilidad de contaminación del acuífero Puelche por una modificación de la obra que no pasó por la Legislatura.
Por su parte, el legislador del Frente para la Victoria Juan Cabandié hizo un extenso pedido de informes a la gestión PRO y, entre la voluminosa respuesta, se encontró con una serie de actas de la Dirección General de Protección del Trabajo del gobierno porteño, en la que figuran una larga lista de irregularidades en seguridad e higiene en la obra del arroyo Maldonado. El acta de la inspección del 26 de septiembre de 2008, por ejemplo, señala:
- “Hay cables por el suelo en varios sectores de la obra (afecta a 30 operarios)”.
- “Hay un tablero eléctrico en el ‘vestuario’ con varios cables sin doble aislación (afecta a 40 operarios)”.
- “En el sector ‘comedor’ hay tres operarios trabajando sobre un techo a más de 300 metros de altura, al borde del vacío y sin arnés. En el mismo sector hay una escalera para llegar al techo que está suelta”.
Otra inspección más reciente, del 19 de agosto de 2010, alertó sobre “infracciones que exponen la vida y la seguridad de los trabajadores”, lo que los llevó a suspender las actividades en diversos sectores de la obra “bajo apercibimiento de clausura”. A la noche le levantaron la suspensión en forma express. En la extensa acta figuraban como situaciones peligrosas:
- “Excavación de más de 2,50 metros de profundidad sin barandas de protección a la caída de personas. Expone a cuatro empleados”.
- “Expuesto dentro de la excavación por falta de entubado y accediendo por escalera corta y sin fijar los extremos”.
- “Trabajo sobre tubos de mangas de ventilación a más de 2,50 metros de altura: sin plataformas de trabajo con riesgo de caída por falta de protecciones y sin uso de arneses. Expuestos tres trabajadores”.
- “Falta de iluminación de emergencia”.
- “Sectores con cables de alimentación de 220 voltios sobre la pasarela peatonal, con falta de baranda”.
- “Falta de sistema preventivo y de protección contra incendio”.
Entre los problemas de higiene, se mencionaba a los baños: “Hay 18 duchas para 200 presentes. Hay un inodoro químico para 20 trabajadores por turno en la zona de trabajo en el extremo del túnel largo”, se lee en el acta.
Una nueva inspección del 8 de octubre del año pasado encontró más irregularidades:
- “Riesgo de atrapamiento, falta de demarcación y señalización”.
- “Riesgo de caída y desmoronamiento en sector de excavación, falta de barandas, acceso seguro por escalera”.
- “Riesgo de quemaduras, explosión por tubos cilíndricos de gases sometidos a presión, los cuales deberán ser protegidos, amarrados, apartados y sujetos a elementos fijos”.
- “Riesgo de atrapamiento, falta de distancia mínima de seguridad entre la retroexcavadora y el personal de trabajo”.
La empresa tuvo que acondicionar las instalaciones, mientras el propio Banco Mundial señaló, después de una inspección, que “se observaron aparentes deficiencias en cuanto a las medidas de seguridad en el sitio de la obra, en particular la falta de protección alrededor de las maquinarias”. El 8 de abril de 2010, el buzo Rodrigo Gastón Ojeda falleció tras salir del túnel y de la cámara hiperbárica: sintió un dolor en el pecho y en el brazo izquierdo, y se desmayó. Murió en el camino al Hospital Fernández. “Yo estuve con la viuda del buzo y nos contó que se enteró de que su marido había fallecido por un miembro de Prefectura –relató Cabandié–. Y que nadie del Gobierno de la Ciudad se acercó para ayudarla.” Para el legislador, “desde que el primo de Macri es el que lleva adelante la obra de infraestructura de la Ciudad hasta acá, es todo una vergüenza”.
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