La Comisión Nacional de Monumentos había alertado sobre irregularidades; el proyecto podría ser reformulado
Demolición o reformulación de la obra. Ésas eran las exigencias planteadas por diferentes agrupaciones que objetaban la construcción del nuevo acceso al Jardín Botánico con un argumento unánime: el diseño no iba en línea con el concepto elaborado por Carlos Thays en 1892. Ahora, el proyecto del gobierno porteño será sometido a una evaluación de acuerdo con las sugerencias realizadas por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. Uno de sus miembros había denunciado la ilegalidad de los trabajos por no cumplir los requisitos exigidos para las intervenciones en bienes del Estado con protección histórica.
La comisión tiene la potestad de "intervenir con carácter previo y vinculante, aprobar o rechazar, y supervisar toda intervención material sobre los bienes protegidos", según la ley N° 12.655. Sobre la base de ese artículo, el ente -que depende del Ministerio de Cultura de la Nación- le exigió a la Dirección de Espacios Verdes de la ciudad que informe sobre el proyecto para que sus 11 miembros evalúen el impacto que los cambios tendrían en todo el conjunto del predio. La obra comenzó en octubre y ese trámite fundamental no se había cumplido.
"Por la presente tengo el agrado de informarle que se están elaborando ajustes sobre el proyecto del portal de ingreso del Jardín Botánico, en función de las observaciones y comentarios sugeridos por vuestra comisión. Comprometiéndonos a presentar a la brevedad dicha propuesta", dice el texto presentado por la Dirección de Espacios Verdes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño ante la Comisión de Monumentos.
"La comisión debía supervisar las obras y eso no sucedió. Tenemos autoridad para supervisar y cuidar los monumentos históricos declarados y las reformas que se hacen en ellos, como es el caso del Jardín Botánico. En eso consiste nuestro trabajo: chequear lo que sucede con los monumentos", explicó ayer la presidenta de la Comisión de Monumentos, Teresa de Anchorena.
Los principales objetivos que se planteó la reforma del acceso, iniciada en octubre con un presupuesto total de $ 3.400.000, fueron jerarquizar el ingreso principal, ampliar el espacio público de la vereda, instalar las oficinas de control e informes hacia la calle, construir un espacio de espera de grupos de visitantes cercano al ingreso, ocultar los tableros eléctricos y colocar un estacionamiento para bicicletas y motos. Fuentes del ministerio habían defendido los trabajos con el argumento de que el sector intervenido no integraba el conjunto declarado como patrimonio histórico.
"Las obras deben tener la autorización de la comisión -reiteró Anchorena-. Cuando se proyecta una modificación en un bien protegido o un edificio público nacional de más de 50 años se deben mandar planos y proyectos a la comisión para que los 11 miembros los evalúen. Y eso no ocurrió."
El nuevo escenario plantea un espacio de diálogo entre las partes para consensuar un proyecto acorde con los requerimientos del predio. La Dirección de Espacios Verdes deberá compartir la documentación con el comité de expertos para que analicen los cambios y sus consecuencias. En función de ello se hará la reformulación necesaria.
En tanto, agrupaciones como Basta de Demoler, la Asociación Amigos del Lago de Palermo y la Fundación Ciudad realizarán hoy, a las 19, una concentración en Santa Fe y Gurruchaga, en la puerta del Botánico. "Es un abrazo, no una marcha. El objetivo es alertar sobre lo que está pasando allí", explicó la escritora Gabriela Massuh, una de las promotoras del encuentro.
Teresa de Anchorena
Comisión Nal. de Monumentos
"Tenemos la autoridad para supervisar y cuidar los monumentos históricos y las reformas que se hagan en ellos. La comisión tiene la superintendencia sobre estos bienes. En el Botánico, la Ciudad estimó que la verja no era parte del monumento, pero la ley dice que sí. El proyecto, ahora, será discutido para evaluar las modificaciones que se deben hacer"
Gabriela Massuh
Escritora
"La obra cierra toda la visión del interior; es una obra inútil, sin amor con el pasado de la ciudad. Mañana [por hoy] vamos a realizar un abrazo al Botánico para decirle no a más cemento, para alertar sobre lo que está pasando allí"
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