viernes, 10 de febrero de 2012

Pequeño homenaje al flaco


AGUA

 Por Gloria Guerrero

Por Gloria Guerrero

Y ahora por qué. Y cómo. Todos hablan ahogados.

Y vivimos remando contracorriente los tontos, los locos lindos, y a los que nadan contracorriente

 el río los lleva igual –se sabe–; igual los arrastra. Pero a los otros, a los que reman fácil y a favor de la corriente,

 a los que creen que no están siendo arrastrados, el río también los arrastra.

Pero Luis no rema.
Luis es el río.
Toda el agua está detrás de él, y delante de él.

Cuando alguien ha llorado mucho y demasiado, suele decirse que "ya no quedan lágrimas".
No quedan lágrimas ahora, pero queda todo un río.


   Almendra

Plegaria para un niño dormido

Plegaria para un niño dormido
quizás tenga flores en su ombligo
y además en sus dedos que se vuelven pan
barcos de papel sin altamar. 
Plegaria para el sueño del niño
donde el mundo es un chocolatín. 
Adonde vas
mil niños dormidos que no están
entre bicicletas de cristal. 
Se ríe el niño dormido
quizás se sienta gorrión esta vez
jugueteando inquieto en los jardines de un lugar
que jamás despierto encontrará. 
Que nadie, nadie, despierte al niño
déjenlo que siga soñando felicidad
destruyendo trapos de lustrar
alejándose de la maldad. 
Se ríe el niño dormido
quizás se sienta gorrión esta vez
jugueteando inquieto en los jardines de un lugar
que jamás despierto encontrará. 
Plegaria para un niño dormido
quizás tenga flores en su ombligo
y además en sus dedos que se vuelven pan
barcos de papel sin altamar.

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