Sociedad | Jueves, 6 de agosto de 2015
El polideportivo Onega, en Villa Devoto, a punto de ser concesionado por el gobierno porteño
Un nuevo espacio público bajo amenaza
Los vecinos y usuarios del Onega denuncian que el gobierno de Macri puso en marcha la privatización del espacio. El lugar es utilizado por familias y jóvenes en diferentes prácticas deportivas. Denuncian que pondrán bares y canchitas concesionadas.
En el Boletín Oficial ya se publicó el llamado a licitación para la concesión del Onega.
El martes 21 de julio, dos días después del ballottage porteño que confirmó al PRO como gestión de la Ciudad, Adrián Pumares fue como todos los martes a jugar al vóley en el polideporivo Onega, ubicado entre las calles Gabriela Mistral y Bahía Blanca, en el barrio de Villa Devoto. Sin embargo, en la entrada del lugar, uno de los administradores le contó que "gente del Banco de la Ciudad había ido esa mañana a tasar el lugar porque quieren privatizarlo. Nos dimos cuenta de que no era un tema menor, que van en serio y que desde el Gobierno de la Ciudad quieren avanzar sobre este espacio público", advirtió a Página/12.
Pumares es gasista matriculado, tiene 43 años y vive "desde siempre en el barrio" donde está ubicado el polideportivo. "Este lugar era un baldío hasta mediados de los años ochenta", contó mientras miraba a unos chicos que jugaban al fútbol. "Recién en el '88 se inauguró el polideportivo y desde entonces muchos venimos a disfrutar de este espacio público y gratuito. Yo formo parte de un grupo de ex jugadores de voley veteranos y jóvenes que venimos dos veces por semana, a veces en verano tres", explicó a este diario.
Pumares no es el único que usa la plaza en su grupo familiar. Su hija de nueve años juega al hockey "en Onega desde que tenía cinco. Ella viene al club desde el mismo tiempo que quieren concesionar las canchas para que las administre una empresa privada", reflexionó.
A finales de julio, los usuarios del polideportivo se encontraron con una publicación en el Boletín Oficial de la Ciudad en la que aparecían el decreto 211/15 y su anexo. En sus artículos se llama a "licitación para la concesión de uso de un espacio perteneciente al dominio público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ubicado en el interior del Polideportivo Onega, sito en la calle Gabriela Mistral 3819, con destino a la explotación comercial de un buffet gastronómico, de canchas de fútbol 5, básquet y voley, cubiertas y descubiertas, de conformidad con el pliego de especificaciones técnicas".
En el anexo de la normativa se detalla que "se fija el plazo de la concesión en cinco años improrrogables a computarse desde la fecha de suscripción del Acta de Inicio de la Explotación del espacio de dominio público de la Ciudad de Buenos Aires".
Según Pumares, "fueron los chicos de fútbol los que primero se organizaron para detener la privatización. La concesión haría que este lugar deje de ser accesible para todos algo que fue siempre así y funcionó bien. Realmente este lugar es nuestro, de todos los vecinos: es municipal y no queremos que deje de serlo", manifestó el voleibolista.
En diálogo con este diario, Nicolás Zapata, un jugador de fútbol que hace diez años juega en el Onega, contó que convocaron a una "reunión con los vecinos para el viernes 14 a las 18 en el polideportivo". La comunidad del club busca "encontrar un punto de reunión para todos aquellos, administradores, profesores y deportistas que están en contra de la privatización", explicó Zapata y agregó que esperan "realizar jornadas con torneos simultáneos para demostrar que son muchos los que quieren a este lugar accesible y gratuito".
En la administración del Onega, una empleada del Gobierno de la Ciudad que no quiso ser identificada manifestó que "la concesión implica que hay que pagar para tener clases o usar las canchas, como se hace en cualquier polideportivo, pero no quiere decir que vayan a sacarse deportes". Sin embargo, Pumares explicó que el decreto da a entender que "se van a techar varias canchas y a hacer una confitería. El espacio de la escuelita de tenis por ejemplo, dejaría de existir", expresó con preocupación al tiempo que miraba a las decenas de chicos peloteando al fondo del parque.
Según el voleibolista, "el hecho de tener que pagar las canchas es una forma de dejar afuera a muchos. Los contratos de los profesores que enseñan a todos estos chicos se renuevan por año, con lo que hasta último momento no hay garantías de que Onega siga siendo un lugar en el que se impartan todos estos deportes", manifestó.
En la zona "son muy pocos los espacios verdes que tenemos y este centro deportivo dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es uno de los pocos que además pone a disposición profesores de fútbol, de gimnasia y yoga para adultos, handball, básquet, tenis y hockey de forma gratuita", explicó Pumares.
Hace unos años, los usuarios del polideportivo se organizaron para lograr una remodelación de las canchas de fútbol con la colocación de pasto sintético, luces y enrejado. Sin embargo, el uso intensivo y la falta de mantenimiento hicieron que el efecto de las mejoras fuera menos duradero de lo esperado.
Ante el reclamo de quienes usan el predio, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, mantuvo varias reuniones con los interesados en las que se comprometió a remodelar el polideportivo. Los colaboradores del ahora electo jefe de Gobierno porteño habían pedido sugerencias a los interesados para ajustar el plan de remodelación del Onega.
La oportunidad la tomaron "un grupo de pibes que juegan al fútbol en el polideportivo, que presentó un proyecto elaborado por ellos", explicó Pumares. Poco después, Rodríguez Larreta se presentó junto al arquitecto de la obra frente a unos 40 vecinos con el anteproyecto. En esa reunión anunció que iban a ponerse en marcha las obras para refaccionar este espacio público. Sin embargo, pocos meses después apareció publicado el llamado a licitación de las canchas.
"El polideportivo comparte el mismo espacio con la plaza Elena L. de Roffo", explicó Pumares. "Mientras en la plaza pusieron parches de cemento e hicieron un acto con globos amarillos, en el polideportivo avanzan sobre un espacio de esparcimiento que es derecho de todos", concluyó el deportista.
Informe: María Fernanda Rezzano.
Pumares es gasista matriculado, tiene 43 años y vive "desde siempre en el barrio" donde está ubicado el polideportivo. "Este lugar era un baldío hasta mediados de los años ochenta", contó mientras miraba a unos chicos que jugaban al fútbol. "Recién en el '88 se inauguró el polideportivo y desde entonces muchos venimos a disfrutar de este espacio público y gratuito. Yo formo parte de un grupo de ex jugadores de voley veteranos y jóvenes que venimos dos veces por semana, a veces en verano tres", explicó a este diario.
Pumares no es el único que usa la plaza en su grupo familiar. Su hija de nueve años juega al hockey "en Onega desde que tenía cinco. Ella viene al club desde el mismo tiempo que quieren concesionar las canchas para que las administre una empresa privada", reflexionó.
A finales de julio, los usuarios del polideportivo se encontraron con una publicación en el Boletín Oficial de la Ciudad en la que aparecían el decreto 211/15 y su anexo. En sus artículos se llama a "licitación para la concesión de uso de un espacio perteneciente al dominio público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ubicado en el interior del Polideportivo Onega, sito en la calle Gabriela Mistral 3819, con destino a la explotación comercial de un buffet gastronómico, de canchas de fútbol 5, básquet y voley, cubiertas y descubiertas, de conformidad con el pliego de especificaciones técnicas".
En el anexo de la normativa se detalla que "se fija el plazo de la concesión en cinco años improrrogables a computarse desde la fecha de suscripción del Acta de Inicio de la Explotación del espacio de dominio público de la Ciudad de Buenos Aires".
Según Pumares, "fueron los chicos de fútbol los que primero se organizaron para detener la privatización. La concesión haría que este lugar deje de ser accesible para todos algo que fue siempre así y funcionó bien. Realmente este lugar es nuestro, de todos los vecinos: es municipal y no queremos que deje de serlo", manifestó el voleibolista.
En diálogo con este diario, Nicolás Zapata, un jugador de fútbol que hace diez años juega en el Onega, contó que convocaron a una "reunión con los vecinos para el viernes 14 a las 18 en el polideportivo". La comunidad del club busca "encontrar un punto de reunión para todos aquellos, administradores, profesores y deportistas que están en contra de la privatización", explicó Zapata y agregó que esperan "realizar jornadas con torneos simultáneos para demostrar que son muchos los que quieren a este lugar accesible y gratuito".
En la administración del Onega, una empleada del Gobierno de la Ciudad que no quiso ser identificada manifestó que "la concesión implica que hay que pagar para tener clases o usar las canchas, como se hace en cualquier polideportivo, pero no quiere decir que vayan a sacarse deportes". Sin embargo, Pumares explicó que el decreto da a entender que "se van a techar varias canchas y a hacer una confitería. El espacio de la escuelita de tenis por ejemplo, dejaría de existir", expresó con preocupación al tiempo que miraba a las decenas de chicos peloteando al fondo del parque.
Según el voleibolista, "el hecho de tener que pagar las canchas es una forma de dejar afuera a muchos. Los contratos de los profesores que enseñan a todos estos chicos se renuevan por año, con lo que hasta último momento no hay garantías de que Onega siga siendo un lugar en el que se impartan todos estos deportes", manifestó.
En la zona "son muy pocos los espacios verdes que tenemos y este centro deportivo dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es uno de los pocos que además pone a disposición profesores de fútbol, de gimnasia y yoga para adultos, handball, básquet, tenis y hockey de forma gratuita", explicó Pumares.
Hace unos años, los usuarios del polideportivo se organizaron para lograr una remodelación de las canchas de fútbol con la colocación de pasto sintético, luces y enrejado. Sin embargo, el uso intensivo y la falta de mantenimiento hicieron que el efecto de las mejoras fuera menos duradero de lo esperado.
Ante el reclamo de quienes usan el predio, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, mantuvo varias reuniones con los interesados en las que se comprometió a remodelar el polideportivo. Los colaboradores del ahora electo jefe de Gobierno porteño habían pedido sugerencias a los interesados para ajustar el plan de remodelación del Onega.
La oportunidad la tomaron "un grupo de pibes que juegan al fútbol en el polideportivo, que presentó un proyecto elaborado por ellos", explicó Pumares. Poco después, Rodríguez Larreta se presentó junto al arquitecto de la obra frente a unos 40 vecinos con el anteproyecto. En esa reunión anunció que iban a ponerse en marcha las obras para refaccionar este espacio público. Sin embargo, pocos meses después apareció publicado el llamado a licitación de las canchas.
"El polideportivo comparte el mismo espacio con la plaza Elena L. de Roffo", explicó Pumares. "Mientras en la plaza pusieron parches de cemento e hicieron un acto con globos amarillos, en el polideportivo avanzan sobre un espacio de esparcimiento que es derecho de todos", concluyó el deportista.
Informe: María Fernanda Rezzano.
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