Buenos Aires, 20 de noviembre de 2014
Estimado vecino de Caballito y la Ciudad de Buenos Aires:
Seguimos brindando información sobre el proyecto de Normas Urbanísticas Especiales para habilitar la construcción de un gigantesco centro comercial en Caballito que se tramita en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Con dichas Normas se pretende desafectar un predio de la zonificación RIIa2 (sector residencial) para destinarlo a la instalación de un Centro Comercial Minorista de Servicios Terciarios y de Equipamiento, con el agregado de edificios de viviendas.
Se trata de un terreno de grandes dimensiones (alrededor de 24.000m2) ubicado sobre la Av. Avellaneda entre Fragata Sarmiento y Olegario V. Andrade, en el que se permitiría construir 125.000m2, hasta 40m de altura, ocupando el terreno en un 80% de su superficie, con un Centro Comercial de 63.000m2, estacionamiento mínimo de 50.000m2 y otros edificios por 12.000m2 más.
¿Qué efectos provocaría un "shopping center" sobre el barrio?
En nuestra entrega anterior comentamos los efectos que ocasionaría un Centro Comercial de gran escala en el barrio. Hoy trataremos de avanzar sobre otras cuestiones como la degradación del ambiente natural el abuso sobre la infraestructura existente y el incremento exponencial del tránsito.
Ya dijimos que la justificación de este proyecto, dice reconocer y atender los pedidos de vecinos que, en su necesidad de ver mejorada la situación, esperan que "alguien" se haga cargo de hacerlo. Y nosotros compartimos esos pedidos, pero no creemos que el "shopping", con el adicional de más edificios de vivienda en altura, sea una buena solución para el caso, sino una fuente de problemas. Veamos algunos:
Medio Ambiente Natural: Se vería afectado por una instalación de tan grandes dimensiones modificándose de manera no recuperable, tanto por los problemas que se provocan habitualmente en la ejecución de una obra de las dimensiones señaladas, como por el funcionamiento posterior del centro comercial. Puede hacerse una rápida enumeración sobre los principales impactos, los que deberían ser medidos por los medios científicos y técnicos correspondientes:
a. Sobre la calidad del suelo y del agua subterránea por la potencial afectación por pérdidas o derrames de combustible, lubricantes o químicos. También habría un potencial impacto negativo irrecuperable sobre la napa freática por las excavaciones para las fundaciones.
b. La calidad del aire sufriría durante la obra, el impacto negativo provocado por las partículas de material consecuencia del tránsito de camiones y máquinas, el acarreo de áridos, la construcción misma y la disposición de los deshechos de obra. Y, ya en la operación del centro comercial, por partículas químicas de los gases de combustión de automóviles debido al incremento del tránsito, la evacuación de humos de los concentrados locales de comidas.
c. El nivel sonoro también se vería incrementado sobre el actual tanto durante la obra, por el movimiento de camiones y máquinas, la construcción misma y la disposición y retiro de los deshechos de obra. En la operación debido al incremento del tránsito, vehicular y peatonal, y estacionamientos.
d. Mientras el Club Ferrocarril Oeste hizo uso de los terrenos que nos ocupan, efectuó una plantación de árboles de los cuales aún quedan los bellos álamos que sobreviven entre los contenedores que son apilados desaprensivamente en el lugar. La construcción con un Factor de Ocupación Total (FOT) del 80% de la superficie eliminará todo vestigio de esas plantas.
e. ¿Y la Ciudad Verde? Volviendo al texto de presentación del Proyecto de Ley, encontramos que dice "… Asimismo se consideró que la urbanización debe realizarse con adecuación a los lineamientos estratégicos que impulsa el Gobierno de la Ciudad". Sin embargo, de aceptarse dicho proyecto, se perderían 24.000m2 disponibles para espacio verde que en Caballito apenas supera 1m2/hab., mientras la OMS recomienda 10m2/hab. Todo seguiría el camino que define el negocio inmobiliario, no los urbanistas ni los vecinos.
Infraestructura de servicios: La construcción de un centro altamente concentrado y concentrador en una zona hoy casi sin edificaciones provocará un incremento del uso de todos los servicios ya de por sí al borde del colapso en el barrio. Como ejemplo, los cortes de luz de fines del 2013, se mantuvieron en sectores cercanos, (García Lorca, Bogotá, Repetto) por más de cuatro meses. Desde hace muchos años que estamos denunciando, hasta en el ámbito judicial en algunos casos, la aprobación de permisos de construcción de grandes edificios sin que sean tenidos en cuenta ni las condiciones de la infraestructura de la zona (ya en 2007, AySA informó que una gran cantidad de tendidos a su cargo deberían ser reemplazados o incrementados para atender a la nueva demanda que se estaba generando y no se ha hecho todo lo necesario) ni la situación en los edificios vecinos, beneficiando enormes negocios particulares de los emprendedores inmobiliarios que sólo cuidan sus ganancias. También reclamamos la falta de control por parte del gobierno porteño.
Tránsito: En cuanto al tránsito, en el sector específico donde se plantea hacer el shopping la Av. Avellaneda es de alto tránsito Oeste – Este, importante vía de acceso hacia el centro de la ciudad, cuyo ancho, dos cuadras más adelante, se reduce a la mitad, convirtiéndose en un cuello de botella.
El cruce sobre el ferrocarril por Fragata Sarmiento colabora en liberar algo el cruce a nivel por la Av. Donato Álvarez, pero por errores en su ubicación y diseño de accesos y salidas, se ha convertido en una calle de tránsito lentísimo que crea embotellamientos que en las horas picos llegan a cuatro cuadras de allí, por ejemplo hasta Puán y Av. Alberdi, y colaboran con el caos habitual de Av. Rivadavia. Si se convirtiera en lugar de llegada al centro comercial (es un lateral del proyectado centro comercial), esos nudos vehiculares serán permanentes.
Cuando se realizan actividades con público multitudinario, deportivas, artísticas o políticas en el estadio del Club Ferro Carril Oeste, es habitual que la Policía corte el tránsito por Avellaneda y lo desvíe, increíblemente, a las angostas calles laterales, con semáforos que no prevén el paso de tantos vehículos y donde, además, el estacionamiento habitual se ve notablemente incrementado por el de los concurrentes. ¿Qué pasaría si a estas situaciones puntuales se sumara el movimiento de visitantes, trabajadores y vehículos de transporte propios de un centro comercial de enormes dimensiones, todos los días y con horarios mucho más extendidos que los del uso del estadio?
Tejido urbano e integración: la Ciudad de Buenos Aires necesita ampliar y mejorar sus espacios verdes, mejorar su tránsito peatonal y vehicular, facilitar la relación entre sus sectores Norte y Sur, un desarrollo urbano que promueva la mejora del tejido y la integración social, la planificación y orientación en ese sentido de la localización de inversiones, tanto públicas como privadas.
Caballito y Flores, como muchos otros en la Ciudad, son barrios con historia propia y características particulares que deben ser preservadas, no con sentido de museo, sino de huella patrimonial que avale el necesario progreso y actualización. Lamentablemente, mucha marca histórica se ha perdido definitivamente o ha recibido agresiones de todo tipo, lo que ha provocado que tantas voces vecinales se levantaran en defensa de lo que se considera como identificatorio de nuestro lugar y modo de vida. Pero proyectos como éste no hacen más que fortalecer esa agresión.
La instalación de un centro comercial cerrado a lo largo de las tres cuadras que van desde Andrade hasta Fragata Presidente Sarmiento cerraría toda posibilidad de acceso directo desde la zona norte del barrio a través de la Avenida Avellaneda al proyectado Parque sobre la Playa de Cargas.
Por estas y muchas otras razones volveremos a contactarte y a pedir tu opinión sobre este asunto. Te saludamos cordialmente.
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