VIVIENDA QUE HABITÓ MONSEÑOR JERÓNIMO PODESTÁ
Vivienda - Interior
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Sitio: VIVIENDA QUE HABITÓ MONSEÑOR JERÓNIMO PODESTÁ
Dirección: Av. Gaona 1367
Norma: Resolución 371/04 (30/9/04)
Texto de la Placa: "En este sitio vivió monseñor Jerónimo Podestá (1920-2000), obispo de Avellaneda, defensor de los derechos humanos, de la libertad de conciencia y hombre comprometido con su pueblo. Declarado Sitio de Interés Cultural. Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires" Historia: La antigua casona de Av. Gaona 1367 se encuentra en el centro de la manzana y no se ve desde la calle desde ningún ángulo. Para llegar a ella hay que atravesar un largo pasillo y así se penetra en un lugar de ensueño que parece detenido en el tiempo. Fue construida en 1864 y se mantiene en forma original –salvo los sanitarios- . Se accede a su interior por una escalera de mármol que trata de resistir los embates de las raíces de una vieja y monumental planta de palta. Fue adquirida por monseñor Jerónimo Podestá en la década del 90, después de haber vivido en ella una década tras su regreso del exilio en 1981. "Jerónimo", así los llamaban sus feligreses, obispo de Avellaneda entre 1962 y 1967, fue uno de los pioneros del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. En 1972 al ser suspendido ad divinis de la iglesia institucional, decidió compartir su vida con la señora Clelia Luro y creó el Movimiento para Sacerdotes Casados que reconoció su liderazgo internacionalmente. En su casa de la Av. Gaona, que compartía con Clelia, se realizaron reuniones fundamentales en los días previos a la recuperación de la democracia argentina. Pasaron por allí Oscar Alende, Horacio Sueldo, Raúl Zaffaroni, Luis Farinelli, representantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Jacobo Timerman, Tomás Eloy Martínez, Pepe Sacristán, Helder Cámara y Adolfo Pérez Esquivel, entre otros. Monseñor Podestá falleció el 23 de junio de 2000 y sus restos fueron velados en el Salón de los Pasos Perdidos de la Legislatura porteña.
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/cpphc/sitios/detalle.php?id=118
Esta casa, que figura en un registro de la Ciudad, está corriendo serios riesgos en este preciso momento. En esta semana, el desprecio por los sitios de la memoria es más evidente o por lo menos pone en exhibición heridas sociales existentes. La memoria de un pueblo está escrita en las calles, en las casas, en el espacio público construido colectivamente.
Esta casa, que fuera propiedad de un lugarteniente de Rosas, vio pasar mucha historia por su patio, su cocina, su gran árbol de paltas, tan generoso. Nos pertenece a todos.
Saludos!!
Cristina Sottile
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