Buenos Aires, 25 de octubre de 2016
Señoras y Señores Legisladores de la Ciudad de Buenos Aires:
Desde SOS Caballito nos dirigimos a las Señoras y los Señores Legisladores de la Ciudad de Buenos Aires en relación con el tratamiento del Proyecto de Normas Especiales que se tramita bajo la denominación 2982-J-2016.
Como organización barrial en defensa de la calidad de vida, por una diversidad de causas que oportunamente les hiciéramos conocer, ya hemos expresado nuestro rechazo al referido Proyecto y a otros similares para el mismo polígono que fueron presentados a la Legislatura desde 2008.
Por otra parte, un grupo de vecinos ha presentado un proyecto (3345-P-2016) de declaración de utilidad pública y expropiación de ese mismo polígono para la creación de un parque público que ya ha sido asumido como propio por un gran grupo de diputados. Por otra parte, otros legisladores también han presentado proyectos de ley de similar tenor (3320-D-2016; 3297D-2016; 3403-D-2016).
Entendemos que nos encontramos en un momento histórico en el que la Legislatura de la Ciudad puede elegir entre acompañar un emprendimiento comercial privado incluido en un proyecto que puede suponerse anticonstitucional, ilegal, pensado para unos terrenos cuya propiedad es dudosa, como también lo es la zonificación residencial que se lee atribuye, y opuesto a los reales intereses de los vecinos o abocarse al análisis de mejores propuestas para los terrenos involucrados siguiendo el mandato constitucional de cuidado del medio ambiente.
Ninguna necesidad básica de la Ciudad sustenta la insistencia mostrada por el Poder Ejecutivo en presentar, ya por sexta vez, este pedido de Normas Especiales que sólo beneficiarán a un grupo empresario. ¿Qué cambió en el barrio y en la Ciudad desde el 2008 a hoy, para que se vuelva a insistir con este proyecto? Mucho. Tenemos menos espacios verdes, tenemos más densificación edilicia, tenemos más vehículos circulando, hasta tenemos más shoppings. El debate suscitado ante este despropósito ha puesto a la vista de todos lo que no cambió: la imperiosa necesidad de atender a la situación real y concreta del sector en particular y todo su entorno directo e indirecto, en el que incluimos básicamente a los barrios de Caballito y Flores, a los aledaños de La Paternal, Villa Crespo, Almagro y Boedo y la propia Ciudad, su contenedora.
Entendemos que la Ciudad de Buenos Aires necesita cuidar la calidad de vida de sus habitantes a través de, entre otros, un desarrollo urbano que promueva la mejora del tejido y la integración social, la ampliación y cuidado de sus espacios verdes, la agilización del tránsito peatonal y vehicular, sobre todo entre sus sectores Norte y Sur, la planificación y orientación de la localización de inversiones, públicas y privadas.
Caballito y Flores, como muchos otros en la Ciudad, son barrios con historia propia y características particulares que deben ser preservadas, no con sentido de museo, sino de huella patrimonial que avale su actualización y el necesario progreso. Lamentablemente, mucha marca histórica se ha perdido definitivamente o ha recibido agresiones de todo tipo, lo que ha sido la base para que tantas voces se levantaran en defensa de lo que se considera como identificatorio de nuestro lugar y modo de vida. Pero el avance constru-destructor no se detiene.
No podemos dejar de recordar que Caballito:
· Con una superficie cercana a los 7km2 y una población permanente de 180.000 personas, casi duplica la densidad promedio de la ciudad;
· Ha recibido cerca de 3.000.000m2 de construcción ejecutados en los últimos años, generando una densidad edilicia fenomenal que sigue aumentando;
· No muestra crecimiento poblacional lo que no hace más que alertar sobre el origen especulativo de muchas de esas obras y su destino para alquileres comerciales que atraen aún más población a la zona durante el horario laboral;
· Tiene, a lo sumo, 1.5m2 de espacios verdes públicos por habitante, menos que la mitad que la Ciudad, mientras diferentes institutos ambientalistas y de salud recomiendan que esa relación sea, al menos de 10m2;
· Que esos pocos espacios verdes se muestran saturados y no aparece una política clara para extenderlos, por el contrario, se han visto permanentemente reducidos. Los ya mencionados barrios que lo rodean, Almagro, Boedo, Flores, La Paternal, Villa Crespo, tienen similares o peores índices.
· El tránsito de automóviles y el transporte público circulan en la zona al borde del colapso y cotidianamente superan ese límite, sea en las extensas y concurridas zonas comerciales, frente a los colegios, en los pocos pasos existentes para atravesar el ferrocarril, en el mismo entorno cercano de la ubicación del proyecto discutido.
Por otra parte, la instalación de un Centro comercial de gran superficie (shopping) es presentada en el envoltorio atractivo de la actividad comercial, la iluminación, la seguridad, etc., que trata de tapar otras cuestiones como la degradación del ambiente natural, el abuso sobre la infraestructura existente, el incremento exponencial del tránsito, implicando trastornos de todo tipo, la pérdida de competitividad del comercio minorista vecino y otros.
· El medio natural se vería afectado por una instalación de tan grandes dimensiones modificándose de manera no recuperable, tanto por los problemas que se provocan habitualmente en la ejecución de una obra como por el funcionamiento posterior del centro comercial.
· En cuanto al tránsito, en el sector planteado la Av. Avellaneda es de alto movimiento, importante vía de acceso hacia el centro de la ciudad, cuyo ancho, dos cuadras más adelante, se reduce a dimensiones de calle, convirtiéndose en un cuello de botella. El puente sobre el ferrocarril, por errores en el diseño de ancho, accesos y salidas, es una calle de tránsito lentísimo, con embotellamientos que en las horas picos superan las cuatro cuadras, colaborando con el caos habitual de Av. Rivadavia.
· Cuando se realizan actividades multitudinarias (deportivas, artísticas, políticas) en Ferro Carril Oeste, la Policía corta el tránsito de Avellaneda y lo desvía a las angostas calles internas, con semáforos que no prevén el paso de tantos vehículos, atascando la Avenida y calles adyacentes. ¿Qué pasaría al sumar el movimiento de visitantes, trabajadores y vehículos de transporte propios de un centro comercial, todos los días y con horarios mucho más extendidos que los del uso del estadio?
· Una edificación cerrada a lo largo de las tres cuadras, de Andrade a Fragata Sarmiento, cerraría todo posible acceso directo desde la Av. Avellaneda al proyectado Parque.
· ¿Qué pasaría con el comercio minorista del barrio, que sostiene desde hace años fuentes de trabajo y es pilar del desarrollo en la zona, al instalarse un centro comercial de enormes dimensiones? Caballito cuenta con varios sectores dedicados al comercio minorista, que son centros comerciales a cielo abierto. Numerosos comerciantes han invertido en el Barrio, muchos llevan varias generaciones en su tarea. Es un polo comercial con servicios, sucursales bancarias, cines, gastronomía, etc. Varios estudios sobre la relación de este tipo de negocios con los Centros Comerciales Cerrados, identifican dos formas: los ubicados en los zonas no céntricas, sobre avenidas, rutas o autopistas, con la idea de la movilización en automóvil, no incomodan mayormente al comercio céntrico o de barrio por ocupar lugares alejados y atender franjas distintas de clientes, mientras que los implantados en zonas densificadas de la ciudad compiten con los centros comerciales tradicionales y los comercios barriales con un muy fuerte impacto sobre las posibilidades de éstos. Aún aquellos ejes comerciales de importancia, por escala o carácter, se encuentran en clara desventaja.
Entendemos que es necesario que la Legislatura haga una evaluación ambiental estratégica antes de tomar decisión sobre los terrenos de la ex Playa de Cargas de Caballito, con participación activa de los vecinos, no solo como meros encuestados sino formando parte de la realización del estudio.
Es necesario atender la necesidad planteada por los vecinos del entorno inmediato que solicitan que "algo" se haga en esa zona, donde, tanto en parte de lo que fue la Playa de Cargas de Caballito como en las manzanas que la enfrentan sobre la Av. Avellaneda, las empresas que adquirieron u ocupan esos terrenos, los dejaron intencionalmente en su estado actual de baldíos, alquiler de canchitas de fútbol o asentamiento de actividades irregulares como sucedió durante largos años con un antirreglamentario depósito de contenedores de transporte de grandes cargas en el mismo lote que una vez más se intenta convertir en Comercial. Ahora pretenden hablar de un "vacío" o "abandono", que no es real, y en esa situación han creado un canal por el que los "depredadores inmobiliarios" tratan de llevar agua para su molino.
¿Es razonable que la única forma posible para mejorar esa situación sea la de habilitar la construcción de un gigantesco centro comercial y más edificios que atraerían más gente y vehículos al lugar? Desde hace años, los vecinos de Caballito reclamamos, y ahora impulsamos concretamente, un Proyecto de Ley para crear, sobre el espacio de la ex Playa de Cargas, un Parque Público Participativo. Entendemos que el predio en cuestión forma parte del mismo. Por eso hemos propuesto y reiteramos que:
1. Se archive el Proyecto de Ley 2982-J-2016.
2. Se estudien seriamente los títulos de propiedad que aduce tener la empresa involucrada y cómo se llegó a ellos cuando la documentación que hemos tenido a la vista (plancheta) indica un cambio de titularidad desde el Estado Nacional a la empresa "Alto Palermo S.A.", sin que haya sido posible encontrar antecedentes de ninguna Ley Nacional que permitiera la enajenación de parte de un terreno público hacia manos privadas. Si ese predio nunca pudo pasar definitivamente a manos privadas, no debería darse lugar a más insistencias con este Proyecto e investigarse las responsabilidades que correspondan.
3. Tampoco tenemos claro que la Legislatura de la Ciudad haya dictado una ley que convirtiera la zonificación UF correspondiente a toda la Playa de Cargas, incluyendo a ese predio, a la Residencial que aparece en el proyecto presentado por el Poder Ejecutivo. Una rara exclusividad, ya que formaba parte de una UF mucho más amplia que quedó igual para el resto de su superficie.
4. Para el supuesto caso de que se demostrase la legitimidad de la propiedad de los terrenos por parte de "Alto Palermo S.A.", solicitamos se defina la expropiación de los mismos para destinarlos a Parque Público, no mediando pago alguno de dinero, sino a través de otras formas, como, por ejemplo, la concreción de un convenio urbanístico entre la Ciudad y la empresa propietaria, por el cual se transfiera, a zonas realmente necesitadas de inversiones de ese nivel para colaborar con su desarrollo, las capacidades que: i. legalmente poseyera el terreno de la Av. Avellaneda o, ii. las especiales que resulten necesarias para el sector o sectores que se definieran.
5. El terreno que así se recuperaría para la Ciudad debería recibir una Zonificación UP, para ser incorporado al proyecto del Parque Público mencionado más arriba. Se ha propuesto que el mismo, como producto de un antiguo reclamo de los vecinos, debería contar con una forma de proyecto y administración en la que participen representantes del Gobierno de la Ciudad, la Junta Comunal de la Comuna 6, el Consejo Consultivo de la Comuna 6, las organizaciones vecinales y vecinos que declaren su voluntad de trabajar en la gestión pública del parque.
6. Asimismo, aprovechando la existencia en el predio de antiguos galpones ferroviarios, una vez reciclados y puestos en valor, se podría recibir el equipamiento público que se estimase necesario en la zona como, por ejemplo: escuela pública del o los niveles que correspondiesen, centro de atención primaria de la salud, centro de atención para las muchos personas que viven en el sector en situación de calle, centro de actividades culturales, etc.
7. Solicitamos que la Legislatura se aboque, mediante un trabajo que entendemos debería integrar la participación de los vecinos, al análisis de las mejores propuestas para los terrenos involucrados.
8. La Ley 123 y su reglamentación hablan de la Evaluación del Impacto Ambiental. Para esta Ley, Impacto Ambiental es cualquier cambio neto, positivo o negativo, provocado sobre el ambiente como consecuencia directa o indirecta de acciones del hombre que produzcan alteraciones susceptibles de afectar la salud y la calidad de vida, la capacidad productiva de los recursos naturales y los procesos ecológicos esenciales y establece que cualquier proyecto con más de 2.500m2 de superficie debe ser considerado de relevante impacto y necesitará un previo estudio del mismo.
9. La Evaluación de Impacto Ambiental habitualmente analiza los alcances que tendrá en el medio ambiente una actividad humana proyectada. Y debe proponer medidas de mitigación necesarias para evitar o atenuar esos impactos. Por ejemplo, fijar condiciones para la ejecución del proyecto, introducir modificaciones sobre lo propuesto, proponer alternativas y hasta descartar el proyecto.
10. Para este y otros casos de similar complejidad y envergadura, proponemos ampliar los alcances mediante una Evaluación Ambiental Estratégica que ampliaría los alcances, ya que no se limitaría al proyecto en cuestión, considerándolo en forma individual, pasando a analizar las características de su entorno mediato e inmediato y la forma en que estas se verán influidas por dicho proyecto. Esta mirada amplia permite considerar muchas cuestiones, absolutamente superadoras de las que se analizan en un estudio de impacto ambiental sobre un proyecto individual y permite tomar decisiones de mayor alcance y seriedad.
Sin otro particular, los saludamos atentamente.
SOS Caballito: soscaballito@gmail.com
Visite nuestro blog: www.sos-caballito.blogsp
Visite nuestro sitio: www.soscaballito.com.ar
SOS Caballito - Sitio Oficial - Facebook
No hay comentarios:
Publicar un comentario