El jueves 17/1 a la noche presencié el descopado de un árbol en la Avda. 9 de Julio, parte de los más de 200 ejemplares (jacarandás, tipas y otros) afectados por las obras del Metrobús. El profesional del área de agronomía de la empresa a cargo del trabajo explicó que la mutilación era necesaria para conservar las energías del árbol, que iba a ser trasplantado en otra parte de la avenida llevado con una retroexcavadora, que "me quedara tranquila".
Dado que el verano no es época de poda (que aún sigue, desaprensiva, en toda la ciudad), ni de trasplante de árboles, resulta claro que el patrimonio arbóreo de la Av. 9 de Julio peligra al estar subordinado a la necesidad de una obra ampliamente criticada, incluso en la respectiva audiencia pública. En la misma se consideraron a los árboles como commodities en un balance cuantitativo: 200 árboles (añosos y bellos) a sacar de las plazoletas y 250 árboles nuevos (retoños?) a plantar como separadores del Metrobús.
Con esta mutilación los árboles reciben un impacto irreversible, ya que al dejar sólo las ramas principales, pierden su estructura, equilibrio, funciones ambientales y paisajísticas. De dichas ramas desmochadas, de 10-15 cm de diámetro, sin capacidad para reconstruir las ramas y subramas que conformaban la copa del árbol, solo pueden crecer ramilletes de brotes delgados, una especie de peluquín verde que recubre la calva rama mutilada. Es decir, de árboles con copa esplendorosa pasamos a tener muñones con peluca, como se puede ver por toda la ciudad en los últimos años.
La incapacidad para evaluar el impacto paisajístico sobre el patrimonio arbóreo de esta emblemática avenida y sobre la calidad ambiental que brinda a los que transitan por ella, queda también demostrada al no presentar a la ciudadanía otra información que no sea la funcional, despreciando el valor de los árboles de la Av. 9 de Julio como componentes importantes de la imagen de la ciudad.
Arquitecta PUR Cira Szklowin
PATRIMONIO ARBÓREO DE BUENOS AIRES
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